A veces no entiendo a
las mujeres, aunque eso es normal, las mujeres somos un mundo complejo de
entender. ¡Pobres hombres!
Cada que hablo con
mis amigas, uno de los principales temas de charla, dentro de un sin número de cuestiones
es el de la edad, todas le tememos a ese monstruo llamado vejez, a las arrugas,
las canas, la gordura y por supuesto a todas sus consecuencias, como el
desamor.
Hasta ahí no hay nada raro, lo
que no puedo entender es como no se cuidan, si tienen la solución en sus manos.
Para ponerlo en términos masculinos, es como tener un carro, ¿qué pasa si su
carro no se lava, no se lleva a los mantenimientos, cambios de aceite,
revisiones y demás? Pues se acaba, se pone viejo. Algo similar sucede con las
mujeres, se deben hacer mantenimiento, hacer deporte, frecuentar el dermatólogo
para cuidar la piel, ir al SPA a que las consientan y tener su “cambio de aceite”
de forma permanente.
Es extraño desde que
estamos pequeñas añoramos crecer, con tanto afán que ni nos damos cuenta cómo
pasa el tiempo. Es absurdo, pues cuando somos grandes queremos detener el
tiempo, sin embargo nos dejamos absorber por el consumismo capitalista que nos
vende una imagen de mujer perfecta, impidiéndonos disfrutar de lo que realmente
somos.
El maquillaje, en mi concepto, es el peor enemigo, si no se sabe llevar.
No se trata de estar a la moda, sólo por estar a la moda, lo primero es entender
que no todas las modas son para todos los prototipos de mujeres.
Si de verse joven se
trata, mi recomendación es no usar maquillajes sobre cargados, es decir use
sólo lo básico, como el polvo para lucir una piel perfecta, la pestañina para
tener una pestañas largas y abundantes; delimite suavemente sus cejas, use un
suave iluminador y brillo labial que le de un toque de sensualidad y resplandor
único. Si desea usar sombras fuertes, recuerde que esto la hará ver con más
edad, entonces para matizar el labial debe ser claro y suave. Si por el
contrario decide no usar sombras, con un buen delineado de los ojos y un labial
fuerte será suficiente. Tenga cuidado con los polvos bronceados y el rubor, de
la forma como los use depende como lucirá; la forma del rostro le dará la
pauta, es decir si su rostro es alargado el rubor lo debe usar en círculos
sobre sus pómulos, esto contrarrestará los trazos naturales, entregando un
equilibrio, si por el contrario su rostro es redondo, el rubor lo debe usar de
forma diagonal.
No improvise, si no
sabe usar maquillaje, no lo use, evite verse como un mamarracho, para que no
tenga que preguntarse porque no le hacen su respectivo “cambio de aceite”.
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